jueves, 1 de diciembre de 2011

Oh, Caroline.


El rubio conducía a toda velocidad, con enojo. Golpeaba el volante con sus manos e insultaba al aire. Hizo algunas cuadras así y luego se tiró hacia la banquina y detuvo el motor.  Los recuerdos inmediatamente inundaron su cabeza.
“- ¿En dónde has estado? – preguntó Caroline, él rodó los ojos –
- Te dije que estaría en la casa de Richard – prostestó –
- Podrías haber llamado – replico Caro en forma de reproche –
- No quise hacerlo ¿Sí? No tuve ganas de llamarte. –
- ¡Oh, pero si tuviste ganas de quedarte allí hasta las 5 de la mañana! – gritó ella, y continuó – tengo un examen importante mañana, Dougie, y no he dormido nada por tu culpa. –
- Es tú culpa por quedarte despierta. –
- Es tú culpa por estar siempre afuera –
- ¿Siempre afuera? Es la primera vez que salgo con Richard en meses, no puedes culparme  por tu falta de confianza en mí. –
- Sí que puedo hacerlo, tu siempre estas mirando a otras mujeres  y …. – ”
La discusión había durado hasta las 6:40 am, un vecino se acercó, tocó timbre y preguntó si todo estaba bien. Dougie salió enojado de la casa y condujo hasta un lugar desierto. 
- No puedo con esto Caroline – dijo por la línea telefónica. Ella lo había llamado –
- ¿Entonces esto se acabó? – hubo un silencio en la llamada - ¿Hola?
- Lo siento Car, pero sí. No puedo seguir con tus reproches. No puedo más. – y colgó. –
____
Era el día anterior a su cumpleaños. Dougie había estado esperando ansioso ese día, pero ahora que todo con Caroline había salido mal, ya no quería saber nada con esa fecha.
- No puedes cancelarlo todo solo porque cortaste con Caro – se quejó Harry –
- ¿Qué quieres que haga? No estoy de ánimo como para festejar nada – contestó honesto y se paró en busca de una cerveza –
- Dougie – dijo Danny, tomándolo del brazo – no dejes que Caroline te arruine. Tienes que vivir –
- No quiero hacerlo sin ella – musitó alejándose –
- ¿Y qué haremos ahora? – preguntó Tom –
- No hay nada que hacerle. Estoy seguro como de que me llamo Harry, de que Dougie no cambiará de opinión ahora –
Una vez solo en casa, Poynter solo se dedicó a dormir. Tanteaba el espacio sobrante en su cama y recordaba a Caroline, que solía llenarlo. Una sonrisa se formó en su cara cuando pudo oler el perfume de su ex novia, que seguía en la almohada.  La tomó y la abrazó, así fue como cayó dormido.
______
El 30 de noviembre había llegado, la casa estaba silenciosa porque los chicos se habían ido ya, porque al otro día debían ir a trabajar. Dougie había aceptado hacer algo pequeño en casa, así que se habían reunido.  
Un suspiro retumbó en todo el lugar, se sentía solo, muy solo. Faltaban las carcajadas de su novia, el ruido de la música sonando, faltaba la felicidad.  Lo que él no sabía es que a menos de una cuadra de su casa, una muchacha caminaba bajo la fuerte lluvia en dirección a su hogar.
Caroline llevaba una bolsa grande, que ahora se encontraba empapada. Se paró bajo el pórtico y tocó el timbre esperando que él atendiera. Dougie abrió lentamente la puerta.
- Ca… Caroline – dijo tartamudeando - ¿Qué haces aquí? – una media sonrisa se formó en el rostro de aquel muchacho que sentía que su suerte había cambiado abismalmente –
- Te dije que tenía una sorpresa para ti, no podía no dártela. Oh, y además hay chocolates dentro de la otra bolsa.  – la voz le temblaba, estaba llorando – te estuve extrañando, Doug. Por favor no peleemos otra vez. –
- Caro – susurró, y la estrechó entre sus brazos mientras se unían en un tierno beso. Él corrió un mechón de cabello de la cara de su novia y le juro con la mirada que no volverían a pelear otra vez. –

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