miércoles, 31 de agosto de 2011

No soy suficiente para nadie.

Por favor, por favor no tengas novia. Por favor no me dejes sola. Odio no saber nada de nada sobre vos. Odio no saber si estas enamorado, si no te gusta más esa persona, odio todo.
¿Y por qué tengo que estar acá carcomiéndome la cabeza? ¿Por qué no puedo dejar de pensar ni un poquito en vos? Desde marzo estamos así ¡Basta!
Pensé que.. no sé, quizás había evolucionado en una raza de super humanos que no se enamora, pero no, acá estoy, medio enamorada de un chico que ni me registra, que pasa de mi olímpicamente.
No se que es lo que siento ahora. Es una especie de torbellino de emociones que no me deja sentir detalladamente. Solo siento una opresión en el pecho, ganas de llorar. Me prohíbo a mi misma hacerlo. No, no voy a llorar, aunque quiera hacerlo, no.
Y lo peor de todo es que vos no te das una idea de lo que me cuesta ver cuando la saludas a ella, o lo que me duele no ser yo la que te deja los ''te amo'' en el muro.
Miles de amigas mujeres tenés, ¿por qué no soy valiente y te hablo para ser una de ellas? ¿Por qué simplemente no soy un año más grande y estoy en tu curso?
Me gustaría atrasar el tiempo y no ir a comprarte los libros a principio de año, retroceder y no conocerte, así me ahorraría esto ahora. Igual no, no me arrepiento de haberte conocido, soy feliz cuando te veo, y no estoy bien cuando faltas, pero me parte el alma ver  como todas ellas te abrazan y yo me quedo ahí en un rincón mirándote en secreto. Por que sí, estas lleno de amigas mujeres porque sos medio...afeminado. Cuanto te apuesto a que debo ser la única en el colegio que siente algo como lo que siento yo, por vos, y no porque seas feo, si no porque no sos un chico que llama la atención por su belleza, sos normal, pero para mi sos hermoso. Con esos rulos despeinados, con tu piercing en la ceja que a veces brilla porque le da el sol, con esa sonrisa de oreja a oreja que siempre tenés, con tu forma de caminar, con todo. Para mi sos precioso, pero no sos mío, sos de ellas. No se si tenés novia, creo que no. espero que no. pero tus amigas son como millones de novias al rededor tuyo. ¿Lo peor? cada una es más linda que la otra, yo no tengo punto de comparación. Al parecer, no soy suficiente.

sábado, 13 de agosto de 2011

Nueve meses han pasado.

El trece de noviembre de 2010, una amiga y yo tuvimos la oportunidad de cumplir un sueño: Ver en concierto a los Jonas Brothers.
Ese día me desperté temprano, no se si porque no tenía sueño, o por los nervios (apuesto más a la segunda) y empecé a organizar todo, a saltar, a cantar. Y así estuve hasta que me llevaron a la casa de esta amiga que, amablemente, se ofreció a llevarme junto a ella.
Llegamos aproximadamente a las ¿3, 4? No lo se en verdad. Solamente sé que llegamos y tuvimos que hacer una larga cola con otras chicas que también estaban llorando, porque si, nosotras estábamos al borde del llanto, o al menos yo.
Se que mucha gente no puede entenderlo, pero es lo que me pasa a mí, es como yo vivo las cosas. No tengo otra forma de expresar mi amor por ellos que llorando, o gritando, o cantando sus canciones, y no me importa que me llamen obsesiva, porque yo estoy orgullosa de ser así, y de tener amigas así. Estoy orgullosa de lo que ellos provocaron en mi en estos 4 años y nueve meses.
A una nena de 10 años le dijeron que iba a ser pasajero, ahora esa nena tiene 14. No se, ustedes fíjense.

viernes, 12 de agosto de 2011

Charlotte's Rain.

Play :)
Corrió la cortina y tomó un sorbo de su taza de café. Suspiró y el vidrio quedó marcado a causa de su aliento. No estaba de humor, para nada.
Llovía fuertemente y se desataban grandes ráfagas de viento, tan fuertes que lograron abrir una ventana. Él se acercó corriendo y comenzó hacer fuerza para cerrarla, cuando varias gotas lo salpicaron en la cara. Cerró los ojos y dejó escapar una leve risita, en un tono bajo. Varios recuerdos se instalaron en su mente, carcajadas, salpicaduras, el olor a la tierra mojada.
“El chaparrón se había largado justamente sobre su cabeza, y aunque corriera sería inútil, ya estaba empapado, entonces decidió caminar a un ritmo normal, aunque la gente se lo llevara puesto. Cruzó la calle y abrió su paraguas, pudo observar a una muchacha parada en el medio del parque, mirando para arriba.
- Hey, si quieres puedo prestarte mi paraguas. – le dijo, y la muchacha lo observó con unos enormes ojos azules. Él se quedó helado. –
- ¿Paraguas? Já, yo no quiero uno de esos. ¿No te fascina mojarte? – le dijo la muchacha –
- ¿En realidad? No – rió ante la cara de desconcierto de la chica – En serio, no me gusta sentir que mi ropa pesa el doble que yo. – comentó –
- ¡Por Dios! – se horrorizó en broma - ¿De qué planeta eres? Ven, te mostraré. –
- ¡Espera! – dijo él – ¿cómo es tu nombre? – le preguntó –
- Charlotte. ¿El tuyo? – preguntó ella mientras extendía la mano –
- Tom… mi nombre es Tom. – El rubio aceptó la mano de la morena que, corriendo, lo llevó de vuelta al parque del que se había alejado algunas cuadras, mientras caminaban bajo las lágrimas del cielo. –
- Bien, lo primero que tienes que hacer es cerrar los ojos. ¿Has notado alguna vez que cuando cierras los ojos, todo se siente más profundo, distinto? – En verdad, Tom nunca había notado eso, pero ahora le parecía cierto, la lluvia se sentía diferente con los ojos cerrados –
- Bien ¿Y? Sigo sin estar feliz por estar empapado – replicó, firme en su postura –
- Extiende tus brazos, testarudo, y mantén los ojos cerrados. Apuesto a que jamás te has detenido tampoco a sentir como caen las gotas sobre tu cuerpo, ¿no? – Tom movió la cabeza de forma negativa – lo supuse. – contestó ella –
- Bueno… esto comienza a ser raro. – dijo él –
- ¿Raro? Para mí esto es lo más normal. Suelo correr bajo la lluvia. – Tom la miró más que extrañado –
- No eres normal… Charlotte. No lo eres. – Ella rió estridentemente, Tom la siguió –
- Sabes, eres la persona mil quinientos treinta y dos que me lo dice, pero eres la primera que siento que lo hace sin malas intenciones, así que gracias. – lanzó una pequeña carcajada y continuó hablando”
Se levantó del sillón, lanzó un suspiro, observó otra vez por la ventana y el clima seguía lluvioso. Decidió ir por su abrigo y salir a enfrentar a la lluvia, y también a sus recuerdos.
“- ¿Tom, eso que llevas ahí es un paraguas? – preguntó Charlotte indignada. – No puedo creerlo, eso es una traición a tu pobre novia. – dijo ella – sabes que los detesto.
- Vamos, Charlie, está lloviendo demasiado, creo que en verdad deberías usarlo. – Ella lo miró con el ceño fruncido. – Ok, sé que no lo harás. – Ambos rieron –
- ¿Sabes que te quiero, no Thomas? –
- Lo sé desde ese día en el parque. – La tomó de la mano y emprendieron el viaje hasta la casa de Tom, sin un paraguas que los tapara”
Tom caminó con la mirada gacha, observando el suelo. Pasó por una florería y compró una hermosa rosa roja, para ella. Cuando llegó, se decidió a hablar.
- ¿Sabes? Te he extrañado mucho este tiempo que ha pasado, Charlie. No sé si pueda seguir así mucho más. Necesito que me abraces, que estés conmigo. No he salido a caminar bajo la lluvia desde el día en que te fuiste. Habías hecho que me guste, pero ahora lo detesto, lo aborrezco, en verdad. Y sí, sé que debo seguir con mi vida, pero no puedo hacerlo si en cada día de lluvia se me viene tu imagen a la cabeza. Siempre me dijiste que la lluvia tenía un significado especial para ti, ahora te entiendo, vaya si lo entiendo. Lo estoy viviendo en carne propia – concluyó, y arrojó la rosa a la tumba. 

- Charlotte Williams. 1987 – 2007 –  “Te recordaremos hasta que la lluvia deje de caer” –