domingo, 22 de enero de 2012

El parisino.


-Bonjour- dijo el dueño de la tienda de helados cuando nos vio entrar a mí y a Faustin por la puerta.
-Bonjour- respondimos ambos al unísono. El señor sonrió de costado y clavó su mirada en mi… mi amigo.
-Faustin, qui le goût de la crème glacée?—pregunto el amable señor, a lo que Faustin contestó algo que no entendí. No es que haya entendido lo que dijo el hombre tampoco, pero bueno.
-Chocolat et fraises- dijo, y a los 2 minutos, el dueño de la heladería, que al parecer se llamaba Pierre, nos lo entregó.  Faustin le agradeció y Pierre farfulló algo que no pude entender, con una gran sonrisa, mientras me miraba.
- Vous faites un beau couple- Faustin me miró, sonrió,  y miró a Pierre.
- Elle n'est pas ma copine, mais merci. Je voudrais qu'il soit.- El hombre sonrió, negó con la cabeza mientras ambos reían y se marchó.
-¿Qué te dijo?—pregunté curiosa mientras caminábamos. - ¡Faustin, no puedo seguir aquí en Francia sin saber francés! - Rio estruendosamente. La pequeña onda que se formaba en su flequillo dorado se removió con el viento. Yo enterré más adentro las manos en los bolsillos.
-¿Y por qué lo dices como si fuera mi culpa?—Me quedé pensando un momento.
-Desearía haber nacido en Paris… o al menos haber venido antes. Conocerte antes. - Susurré eso último, pero él pudo escucharlo. Sonrió de lado sin mostrar su perfecta dentadura, y sus bellísimos ojos verdes se posaron sobre los míos, marrones, normales.
-Si hubieras nacido aquí, no te parecería tan asombroso- Tomó mi mano y su piel calentó la mía, que se había congelado ni bien dejó mi bolsillo. La boina que adornaba su cabeza lo hacía ver aun más maravilloso, con esa piel cobriza que hacía juego con su cabello, rubio. Y me dejé llevar, me dejé llevar por su sonrisa en la cual me había quedado a vivir ni bien puse un pie en Francia.
Primero, había sido solo un simple vecino, luego, un amigo. Pero cuando descubrí que siempre que salía con él a tomar fotos su cara estaba en la mayoría de ellas, noté que estaba enamorada. Él era mi amor, mi modelo, mi musa.
El flash iluminó el lugar por un instante para luego desaparecer. Me encantaba.
Su expresión de niño, con una risita apunto de salírsele, estaba plasmada en mi foto. Su mirada estaba centrada en el carrusel,  y las luces de colores se reflejaban en su pupila dando un efecto totalmente artístico. Le sonreí a la cámara.
-¿No has pensado en ser modelo, Faustin?—Pregunté curiosa.
-¿Crees que tengo lo suficiente?—Hizo otra pregunta yo levanté una ceja.
-¿Estas cargándome? Eres perfecto, niño- fijó su vista en mí, yo corrí la mía, como profesional evasora que era. -No me has dicho aún que dijo el hombre de la heladería, esa frase en francés-
-Eres buena cambiando de tema- ¿Acaso acababa de descubrirlo? Oh, pequeño Faustin, eso no es novedad.
-Tu tampoco me estas respondiendo. ¿Qué dijo Pierre?
-¿Qué hay de importante en lo que dijo ese señor?—cuestionó aún sin responder.
-Me estaba mirando y reía, quiero saber de qué- el muchacho se alejó hacia la rueda de la fortuna dejándome hablando con el viento. Entre el ruido de las otras personas, pude oir cómo me llamaba.
-Veronique, ven a ver esto. ¡Subamos, subamos!—rogó cuando llegué a su lado. Era todo un niño cuando quería. -Vamos, Vero- suplicó cuando me negué. Esa manera de llamarme Vero, su acento francés. Dios mío, estaba perdida. -¿Sabes qué es lo que más quiero hacer cuando me subo a estas cosas?
-¿Qué?—inquirí yo.
-Darle un beso a alguien que me importe realmente- me confesó.
-Ven y bésame entonces- contesté, pero luego, arrepentida por haberme dejado llevar por el momento y haberme dejado en exposición frente a él, comencé a carcajearme como su hubiera dicho el chiste más cómico del mundo.
Dejé de reírme cuando sentí sus labios sobre los míos.

-Juliette… ¿me harías un favor?—pregunté a mi mejor amiga.
-Claro dime, Vero- cantó con su tono característico.
-¿Qué significa la frase “Vous faites un beau couple”?—dije tratando de recordar textualmente las palabras de Pierre ese día en la heladería-
-Ustedes hacen una hermosa pareja… ¿Por qué lo preguntas?—dudó con el entrecejo fruncido.
-Por nada, Julie, olvídalo- sonreí.


Glosario:
Bonjour: Hola.
Faustin, qui le goût de la crème glacée?: Faustin, que gusto de helado quieres?
Chocolat et fraises: Chocolate y frutilla.
Vous faites un beau couple: Ustedes hacen una hermosa pareja.
Elle n'est pas ma copine, mais merci. Je voudrais qu'il soit: Ella no es mi novia, pero gracias. Desearía que lo fuera.

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